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24.03.2010
La explicación psicológica para las enfermedades ambientales no es más que una invención absurda

 
La teoría psicogénica apareció como explicación de las enfermedades medioambientales a mediados de los años 90, justo cuando el índice de prevalencia de estas enfermedades empezó a ser y a pesar de que las publicaciones sobre encefalopatía tóxica se remontan hasta el año 1904 y que la Sensibilidad Química Múltiple fue descubierta en 1945. Científicamente la teoría psicogénica no ha aportado casi nada, sin embargo ha causado un daño jurídico enorme. Esta teoría se intensificó no a pesar del reconocimiento de la SQM como enfermedad orgánica en Alemania, sino debido a dicho reconocimiento (CIE-10 SQM Alemania: T78.4). Recordemos que en 1996 se intento incluso cambiar el nombre de la SQM por el de Intolerancia Ambiental Idiopática. 

No es un debate científico, se trata de jurisprudencia pura. La civilización occidental se basa en los derechos humanos, mediante las constituciones y las leyes de cada país. La salud tiene un gran valor legal. Por ejemplo: La integridad física está explícitamente protegida en el artículo 2.2 de la Constitución Alemana. Esta protección legal se ve minada por el debate psicológico, ya que la protección legal no es válida para enfermedades imaginarias. Así la teoría psicogénica se utiliza para robar los derechos de los enfermos, ya que este es su objetivo principal. Ya sea por una póliza de seguros o por una indemnización de daños, las victimas siempre pierden a nivel judicial y como daño colateral, tampoco reciben la asistencia sanitaria adecuada. 

Si piensan que esto es indignante, están en lo cierto, ya que la teoría psicogénica se aprovecha del hecho que las neurotoxinas dañan la función cerebral. Estas disfunciones provocadas por las neurotoxinas ya fueron definidas en 1985 en el criterio diagnóstico de la encefalopatía tóxica por la OMS. Simplemente lo que sucede es que la causa y el efecto han sido invertidos. Se pueden hacer todos los estudios que se quiera para encontrar el resultado que se espera: alteraciones psicológicas. Pero debido a que estas alteraciones psicológicas que se encuentran en los estudios no tienen nada que ver con los trastornos psiquiátricos conocidos, no son estudiadas a fondo o son directamente desechadas. Por este motivo la teoría psicogénica no tiene ninguna base científica. Los efectos de las neurotoxinas en la psique ya se conocían anteriormente, por lo que los estudios que se hacen son siempre a sabiendas falsos. 
 
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