09.08.2011
El fosfoyeso, un residuo "tóxico y peligroso"
El Consistorio se posiciona claramente en contra del apilamiento de contaminantes
Si para la Asociación de Industrias Químicas y Básicas (AIQB) de Huelva el fosfoyeso no es más que un residuo prácticamente inocuo, "inerte y no tóxico", según sus propias palabras, la opinión que el Ayuntamiento de Huelva sobre él es totalmente contrapuesta: es "tóxico y peligroso". Con esta contundencia lo manifiesta en el borrador del pliego de condiciones para la contratación de la asistencia técnica necesaria para elaborar el plan director de recuperación de las Marismas del Titán, El Pinar, El Rincón y Mendaña.
Este claro posicionamiento municipal va como anillo al dedo a la pretensión de la Administración local de erigirse como el buque insignia de la desaparición de las balsas, un área contaminada de unas 1.200 hectáreas de superficie, tamaño similar al de la capital onubense.
La historia de desamor de Huelva con el fosfoyeso nació en 1965, cuando se instaló en el Polo la empresa Fosfórico Español (FESA), dedicada a la producción de ácido fosfórico y sulfúrico. Después de varios cambios en su accionariado, por los que pasaron Unión de Explosivos Riotinto (ERT Abonos) y Ercros, finalmente fue adquirida por la empresa Fertiberia, actual propietaria de la factoría de la Avenida Francisco Montenegro.
La fabricación de ácido fosfórico lleva aparejada la producción de un subproducto, el fosfoyeso, de aspecto blanquecino y que procede de la fabricación de fertilizantes con contenidos variables de fosfato de hierro y otros puntuales de fosfatos de cobre.
En los años 1967 y 1968, con la finalidad de proceder al apilamiento de balsas de estos residuos, se otorgaron a FESA sendas concesiones administrativas para ocupar una parcela situada en el margen derecho del río Tinto, en la Marisma de El Rincón, con destino a la construcción de depósitos de decantación para el vertido de fosfoyeso.
Ya en la década de los 90, concretamente en 1995, tras la presentación por parte de Fertiberia del proyecto de reordenación de vertido de yesos como respuesta al Plan Corrector de Vertidos Industriales (auspiciado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía), se inició un complejo proceso judicial que ha culminado con la sentencia de la Audiencia Nacional -del año 2007-, ratificada por el Tribunal Supremo en febrero de 2011 en el que, entre otras cosas, se obligaba a Fertiberia a cesar esta contaminante actividad que tuvo que dejar de realizar en la Nochevieja de 2010.
Fuente: Huelva Información