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23.08.2011
Adidas, ¿a qué esperas para airear tu ropa?

Una nueva investigación de Greenpeace, que hemos presentado hoy en el informe Trapos Sucios 2: aireando la ropa, revela que la contaminación del agua por parte del sector textil es un problema global, de largo alcance y de graves consecuencias. Con la intención de conocer cómo se dispersan las sustancias tóxicas que se utilizan el los procesos de producción  la contaminación, nos propusimos analizar un nuevo eslabón de la cadena de suministro, esta vez el último.

De esta forma, nos fuimos de compras, en total compramos 78 prendas de ropa, de 15 marcas diferentes, Adidas entre ellas, y en 18 países, también en España. Y mandamos nuestras compras al laboratorio. Les pedimos que nos dijeran cuál era su contenido en nonilfenol etoxilato (NPE). El NPE es peligroso porque al descomponerse se transforma en nonilfenol (NP), una sustancia química persistente que provoca trastornos hormonales, que se acumulan en la cadena alimentaria, y que es peligroso, incluso a niveles muy bajos.

Y los resultados lo han dejado claro: 52 de las 78 prendas analizadas dieron positivo. Es decir, que para fabricar las dos terceras partes de las prendas se utilizó en algún momento NPE. En concreto en 14 de las 15 marcas analizadas y en 17 de los 18 países de compra. Ropa de marcas líderes como Adidas, H & M, Calvin Klein, Lacoste y otros diez analizados están fabricados con nonilfenol (NPE) y a través de sus productos la contaminación se extiende también a los países donde estos se venden.

Como hemos descubierto, se trata de un fenómeno generalizado en todo el sector textil. Y las marcas son responsables cuando deciden perpetuar, o no, procesos de producción que usan tóxicos. Acabar con ello requiere un liderazgo fuerte y decidido de las marcas más importantes e innovadoras que allanen el camino para la industria en todo el cambio. Nike y Puma lo entendieron   y ya se han unido al desafío Detox. Han tomado la delantera. Se trata de la primera y tercera marca mundial de ropa deportiva, y se han comprometido a trabajar con sus proveedores para eliminar todas las sustancias tóxicas en sus cadenas de suministro y productos antes de 2020.

¿Por qué Adidas no se mueve de la linea de salida?

Entre ellas dos se encuentra, Adidas, la segunda marca mundial del sector de la ropa deportiva, que hasta el momento no parece darse por aludida. Con ese comportamiento, Adidas parece que espera que sean sus consumidores quienes laven sus “trapos sucios”. Y es que cada vez que la ropa contaminada se lava, estas sustancias se liberan a los cauces de todo el mundo dispersando la contaminación que permiten donde fabrican sus productos hasta países donde los venden, incluyendo aquellos donde está prohibido el uso de esa sustancia, como es la UE.

Con esta nueva información se arroja luz sobre la realidad de estas marcas de ropa, demuestra  que existe detrás de su cortina publicitaria. Sus mensajes tratan de animarnos a asumir retos. “Impossible is nothing”, dice Adidas. Y vosotros, ¿qué?. La gente tiene derecho a saber qué sustancias químicas están presentes en su ropa y que efectos nocivos provocan cuando se liberan a los cauces en China y en el resto del mundo. Las marcas deben eliminar estos productos químicos de sus productos, y la mejor manera de hacer esto es que desaparezcan de los procesos de producción y que se de información sobre qué productos químicos se están usando y vertiendo desde las fábricas.

El mundo necesita más campeones. Adidas, ¿quieres liderar el camino hacia un futuro sin tóxicos?. O, ¿prefieres dejar que Nike y Puma lo hagan por ti?.


Sara del Río, campaña de contaminación de Greenpeace

Fuente: Greenpeace.org

Pueden acceder al informe en documento asociado al pie de este post

Presentamos a continuación algunos enlaces a los efectos de los disruptores endocrinos en la salud 

¿Qué son los disruptores endocrinos? 

Un disruptor endocrino o alterador hormonal es una sustancia química capaz de alterar el equilibrio hormonal, pudiendo provocar diferentes efectos adversos sobre la salud de las una personas, animales o de sus descendientes. Estas sustancias pueden ser causa de perjuicios para la salud como el cáncer, alteraciones del comportamiento y anomalías reproductivas.

Los efectos dependen del sistema hormonal al que afecten (estrogénico, tiroideo, etc.) y del momento de la exposición (durante el desarrollo fetal, niñez, pubertad, etc.), y son diferentes según el sexo. Son de especial importancia los efectos en los hijos de personas expuestas.

A continuación se resumen los posibles efectos sobre la salud humana de los disruptores endocrinos:

  • Mujeres expuestas: Cáncer de mama, endometriosis, muerte embrionaria y fetal, malformaciones en la descendencia.
  • Hombres expuestos: Cáncer de testículo, cáncer de próstata, reducción del recuento espermático, reducción de calidad del esperma, disminución del nivel de testosterona, modificaciones de concentraciones de hormonas tiroideas.
  • Hijas de personas expuestas: Pubertad precoz, cáncer vaginal, mayor incidencia de cánceres, deformaciones en órganos reproductores, problemas en el desarrollo del sistema nervioso central, bajo peso de nacimiento, hiperactividad, problemas de aprendizaje, disminución del coeficiente de inteligencia y de la comprensión lectora.
  • Hijos de personas expuestas: Criptorquidia o no descenso testicular, hipospadias, reducción del recuento espermático, disminución del nivel de testosterona, problemas en el desarrollo del sistema nervioso central, bajo peso de nacimiento, hiperactividad, problemas de aprendizaje, disminución del coeficiente de inteligencia y de la comprensión lectora.

    Los disruptores endocrinos están señalados con la nota ae en el
    Documento sobre Límites de Exposición Profesional para Agentes Químicos en España, publicado por el INSHT.
    Los valores límite asignados a estos agentes no se han establecido para prevenir los posibles efectos de alteración endocrina, lo cual justifica una vigilancia adecuada de la salud.

    La Guía de buenas prácticas para la mejora de la salud en el trabajo por razones de reproducción y maternidad, del Ministerio de Trabajo, incluye a los disruptores endocrinos como riesgo específico-

Leer más: ISTAS 

Información sobre Nonilfenol del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino

Destacamos este párrafo:

Efectos sobre la salud humana y el medio ambiente.

Esta sustancia se puede absorber por inhalación, a través de la piel y por ingestión. Si la exposición es de corta duración es corrosiva para los ojos, la piel y el tracto respiratorio. Su inhalación puede originar edema pulmonar que, a menudo, se pone de manifiesto pasadas algunas horas y se agravan por el esfuerzo físico. También altera los mecanismos endocrinos.

El nonilfenol es muy tóxico para los peces y otros organismos acuáticos. No se degrada con facilidad, tardando meses o incluso más en biodegradarse de la superficie del agua o de los sedimentos del suelo. Su bioacumulación es significativa en organismos acuáticos y en pájaros.

Fuente: Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes

La amenaza de los disruptores endocrinos

Efectos en los seres humanos

Por José Santamarta

 Los seres humanos se han visto afectados por los disruptores endocrinos. El efecto del DES (dietilestilbestrol), un agente estrogénico, fue un claro aviso. El paradigma del cáncer es insuficiente porque las sustancias químicas pueden causar graves efectos sanitarios distintos del cáncer.

Causa gran preocupación la creciente frecuencia de anormalidades genitales en los niños, como testículos no descendidos (criptorquidia), penes sumamente pequeños e hipospadias, un defecto en el que la uretra que transporta la orina no se prolonga hasta el final del pene. En las zonas de cultivo intensivo en la provincia de Granada, en donde se emplea el endosulfán y otros plaguicidas, se han registrado 360 casos de criptorquidias. Algunos estudios con animales indican que la exposición a sustancias químicas hormonalmente activas en el periodo prenatal o en la edad adulta aumenta la vulnerabilidad a cánceres sensibles a hormonas, como los tumores malignos en mama, próstata, ovarios y útero.

Entre los efectos de los disruptores endocrinos está el aumento de los casos de cáncer de testículo y de endometriosis, una dolencia en la cual el tejido que normalmente recubre el útero se desplaza misteriosamente al abdomen, los ovarios, la vejiga o el intestino, provocando crecimientos que causan dolor, copiosas hemorragias, infertilidad y otros problemas.

El signo más espectacular y preocupante de que los disruptores endocrinos pueden haberse cobrado ya un precio importante se encuentra en los informes que indican que la cantidad y movilidad de los espermatozoides de los varones ha caído en picado en el último medio siglo. El estudio inicial, realizado por un equipo danés encabezado por el doctor Niels Skakkebaek y publicado en el Bristish Medical Journal en septiembre de 1992, descubrió que la cantidad media de espermatozoides masculinos había descendido un 45 por ciento, desde un promedio de 113 millones por mililitro de semen en 1940 a sólo 66 millones por mililitro en 1990. Al mismo tiempo, el volumen del semen eyaculado había descendido un 25 por ciento, por lo que el descenso real de los espermatozoides equivalía a un 50 por ciento. Durante este periodo se había triplicado el número de hombres que tenían cantidades extremadamente bajas de espermatozoides, del orden de 20 millones por mililitro. En España se ha pasado de una media de 336 millones de espermatozoides por eyaculación en 1977 a 258 millones en 1995. El descenso amenaza la capacidad fertilizadora masculina. De continuar la tendencia actual, dentro de 50 años los hombres podrían ser incapaces de reproducirse de forma natural, teniendo que depender de las técnicas de inseminación artificial o de la fecundación in vitro.

La exposición prenatal a sustancias químicas imitadoras de hormonas puede estar exacerbando también el problema médico más común que afecta a los hombres al envejecer: el crecimiento doloroso de la glándula prostática, que dificulta la excreción de orina y a menudo requiere intervención quirúrgica. En los países occidentales, el 80 por ciento de los hombres muestran signos de esta dolencia a los 70 años, y el 45 por ciento de los hombres padecen un grave crecimiento de la glándula. En las dos últimas décadas se ha producido un espectacular aumento de esta dolencia.

La experiencia del DES y los estudios con animales sugieren también una vinculación entre las sustancias químicas disruptoras endocrinas y varios problemas de reproducción en las mujeres, especialmente abortos, embarazos ectópicos y endometriosis. La endometriosis afecta hoy a cinco millones de mujeres estadounidenses. A principios de siglo la endometriosis era una enfermedad prácticamente desconocida. Las mujeres que padecen endometriosis tienen niveles más elevados de PCBs en la sangre que las mujeres que no la padecen. Diferentes estudios coinciden en señalar que entre el 60 y el 70 por ciento de los embarazos se malogran en la fase embrionaria inicial y otro 10 por ciento termina en las primeras semanas por un aborto espontáneo.

Pero la tendencia sanitaria más alarmante con diferencia para las mujeres es la creciente tasa de cáncer de mama, que es el cáncer femenino más común. Desde 1940, en los albores de la era química, las muertes por cáncer de mama han aumentado en EE UU en un 1 por ciento anual, y se ha informado de incrementos semejantes en otros países industrializados.

Fuente: Inisoc.org

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