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03.09.2011
VUELTA AL COLE 2011: SIN MÓVILES EN LAS MOCHILAS Y CARTERAS

Estimados padres y madres:

La vuelta al cole ya está aquí y con ella las compras del material escolar y otros útiles, las necesarias y las que nos tientan, y  entre estas últimas, se plantea la compra de un teléfono móvil para su hijo escolarizado. Tiene tantas ganas… y después de todo…, ¿no se sentiría Vd más seguro de tenerlo localizado en cualquier momento?

No obstante CUIDADO.

Los signos de alarma relacionados con la peligrosidad de las radiofrecuencias utilizadas fundamentalmente por los teléfonos móviles se multiplican. Por no citar más que el último, la OMS, más bien próxima a la industria, decidió el pasado 31 de marzo clasificar las radiofrecuencias en el grupo de “posibles cancerígenos”.  Podrán localizar numerosos estudios científicos incontestables que demuestran este riesgo en la web de Robin des Toits.

Cualquiera que sea el riesgo, es más elevado para los niños, ya que su cráneo es más fino, los tejidos son menos espesos y sobre todo, el cerebro se encuentra en desarrollo. Es por ello que el DAS (Tasa de Absorción Específica, cuya inscripción en los puntos de ventas y en la publicidad de los móviles es obligatorio ya para siempre), calculada para el organismo de un adulto, no es válida para los niños. Para ellos, un mismo teléfono,  supone un nivel más elevado respecto al nivel de seguridad establecido.

Podemos decidir,  por nosotros mismos, de exponernos a una fuente de riesgo. Pero no tenemos el derecho de aplicar esa opción para nuestros hijos, que no están preparados para decidir de forma clara, que son más frágiles, y que estarán expuestos durante más tiempo a lo largo de sus vidas. Hemos crecido protegidos de las ondas. Ese no es su caso. Debemos protegerles. En presencia de niños, el principio de precaución debe imperar.

Se están realizando dos estudios sobre los efectos de los móviles en los niños. El primero, es un estudio internacional “Mobikids” cuyos resultados no serán conocidos hasta dentro de unos años. El segundo… es el que estamos realizando ahora, en vivo, con nuestros hijos. ¿Quiere convertir a su hijo en una cobaya?

“¡Pero si fuera peligroso para los niños estaría prohibido!”, piensa Usted. Pues lo está casi. El artículo L5231-3 del código de salud pública expone: “Toda publicidad, cualquiera que sea el medio o el soporte, que tenga por objeto directo promover la venta, la disposición al público, la utilización o el uso de un teléfono móvil a niños menores de catorce años está prohibida”.  Podemos sacar en claro que no tenemos el derecho de hacer publicidad de móviles para los menores de 14 años. No se puede decir más claramente que es peligroso, aunque la industria desvía esta interdicción a base de rostros difuminados o casi ocultos o “packs familiares”.

Y desde el punto de vista educativo, tampoco es positivo. El portátil acostumbra a obtener las cosas de inmediato, facilita la desorganización, la incapacidad de fijar la atención cinco minutos seguidos sobre alguna cosa, a la espera constante y a la impaciencia de la próxima llamada o mensaje. Hemos aprendido  a organizarnos, a prever, a esperar, a llegar a la hora, y los portátiles llegaron después y nos facilitaron la vida, pero para los niños, no existirá este aprendizaje necesario. Pregunte a los educadores su punto de vista sobre los portátiles para los niños, será edificante.

“¡Pero el portátil permite su seguridad!” piensa Usted. No. Educar un niño, es organizar sus actividades, vigilar sus compañías y darle el nivel de confianza que corresponda a su edad; no tenerlo geolocalizado o espiándolo. Los secuestros o desapariciones de niños no han desaparecido con la emergencia de los portátiles, y además del riesgo para la salud, el portátil, sobre todo si incluye internet, puede permitir también contactos que Usted no desee para sus hijos. Si tenemos en cuenta además el riesgo de robo o extorsión, el móvil se convierte en un factor de inseguridad más que en un factor seguro.

“¡Pero todos sus amigos lo tienen!”, dice Usted. No todos, si mira bien a su alrededor, verá que hay padres razonables en el lote. Y si Usted facilita a su hijo un móvil, reforzará la presión sobre aquellos que aún resisten.

“¡Pero es que se muere de ganas!” Intente analizar lo que subyace en esta demanda. Si es una petición de comunicación, su hijo puede tener una dirección protegida por una clave en el ordenador familiar. Si se interesa sobre todo a la música ofrézcale un reproductor de música digital…

Y no contemos con un comportamiento “razonable” de un niño con un móvil. Un niño no puede integrar el mensaje de salud pública: hace caso a sus padres; si fuese peligroso, no se lo habrían ofrecido; si le dan uno, es que no es peligroso. Nosotros mismos no somos capaces de tener un uso moderado de estos maravillosos juguetitos, ¿qué espera de un niño? ¿Y los auriculares? ¿Ha visto Usted a algún niño utilizar auriculares?

Si el mal está hecho, si su hijo está ya equipado, y si le parece que ya es imposible hacer marcha atrás, ayúdele al menos a tomar las medidas de protección necesarias:

  1. Respeto al número máximo de llamadas
  2. Enviar SMS mejor que realizar llamadas
  3. Uso de auriculares
  4. No usarlo en los transportes públicos donde la emisión es máxima
  5. No mantenerlo cerca de órganos vitales, es decir, nada de móviles en el bolsillo,
  6. Mantener el portátil apagado durante la noche y sobre todo no dejarlo en la mesita de noche o debajo del almohadón.: un móvil emite constantemente y estas emisiones afectan al sueño, el reposo y la memoria.

¡Haga circular este mensaje a todos los padres que conozca!

Más información en www.robindestoits.org

Fuente: ROBIN DES TOITS

Traducción: Francisca Gutiérrez Clavero

 

Texto original:

 

RENTREE 2011 : PAS DE PORTABLES DANS LES CARTABLES !!!


Chers parents,

La rentrée approche, avec elle l’achat des fournitures scolaires,  celles qui sont nécessaires  mais aussi celles qui tentent, et à cette  occasion, l’achat d’un téléphone portable pour votre enfant scolarisé  se pose. Il en a tellement envie et après tout, ne seriez-vous pas  rassurés de le savoir joignable à tout moment ?

Attention cependant.

Les signaux d’alarme concernant la dangerosité des radiofréquences  utilisées notamment par les téléphones mobiles se multiplient. Pour ne  citer que le dernier, l’OMS, pourtant notoirement proche de  l’industrie, a décidé, le 31 mars dernier, de classer les  radiofréquences dans le groupe des « cancérigènes possibles ». De  nombreuses études scientifiques incontestables, que vous trouverez sur  le site de Robin des Toits, prouvent ce risque :
http://www.robindestoits.org/_a1251.html

Et quel que soit le risque, il est plus important pour les enfants,  dont le crâne est plus mince, dont les tissus sont moins épais, et  surtout dont le cerveau est en développement. C’est pour cela que le  DAS (débit d’absorption spécifique, dont l’affichage sur les points de vente et les publicités des téléphones mobiles est désormais  obligatoire), calculé en fonction d’un organisme adulte, n’est pas  valable pour les enfants. Pour eux, pour un même téléphone, il est  plus élevé, voire supérieur au seuil de sécurité.

Nous pouvons décider, pour nous-mêmes, de nous exposer à une source de  risque. Nous n’avons pas le droit de faire ce choix pour nos enfants,  qui ne sont pas en mesure de décider de façon éclairée, qui sont plus  fragiles, et qui seront exposés plus longtemps au cours de leur vie.  Nous avons grandi à l’abri des ondes. Ce n’est pas leur cas. Nous devons les protéger. En présence d’enfants, le principe de précaution  doit l’emporter.

Deux études sont en cours sur les effets du portable sur les enfants.  La première, c’est l’étude internationale « Mobikids » dont les  résultats ne seront pas connus avant des années. La deuxième… c’est  celle que nous sommes en train de faire maintenant, in vivo, avec nos 
enfants. Voulez-vous faire de vos enfants des cobayes ?

« Mais si c’était dangereux pour les enfants, ce serait interdit ! »  pensez-vous. Mais ça l’est presque ! L’article L5231-3 du code de la  santé publique dispose « Toute publicité, quel qu’en soit le moyen ou le support, ayant pour but direct de promouvoir la vente, la mise à 
disposition, l’utilisation ou l’usage d’un téléphone mobile par des  enfants de moins de quatorze ans est interdite ». En clair, on n’a pas  le droit de faire de publicité pour les portables vers les moins de 14  ans. On ne dit pas plus clairement que c’est dangereux, même si les 
industriels tournent allègrement cette interdiction à coup de visages  floutés ou à demi-cachés ou de « packs familles ».

Et d’un point de vue éducatif, ce n’est pas bon non plus… Le portable  donne l’habitude de l’immédiat, de l’inorganisation, de l’attention  incapable de se fixer cinq minutes de suite sur quelque chose, de  l’attente constante et impatiente du prochain appel ou message. Nous 
avons appris à nous organiser, à prévoir, à attendre, à arriver à  l’heure, et puis les portables sont arrivés ensuite et nous ont  facilité la vie, mais pour les enfants, il n’y aura pas cet 
apprentissage pourtant nécessaire. Demandez aux enseignants leur avis  sur le portable pour les enfants, vous serez édifiés.

« Mais le portable assure leur sécurité ! » » pensez-vous. Non.  Eduquer un enfant, c’est organiser ses activités, surveiller ses  fréquentations et lui faire une confiance adaptée à son âge ; pas le  géolocaliser ou l’espionner. Les enlèvements ou disparitions d’enfants  n’ont pas disparu avec l’émergence des portables, et outre les risques  pour la santé, le portable, surtout s’il inclut Internet, peut aussi  être l’occasion de contacts que vous ne souhaitez pas pour votre  enfant. Sans compter les risques de vol ou de racket. Le portable est  un facteur d’insécurité plus que de sécurité.

« Mais tous ses copains en ont ! » dites vous. Pas tous, si vous regardez bien, il y a forcément des parents raisonnables dans le lot.  Et si vous dotez votre enfant d’un portable, vous renforcerez la  pression sur ceux qui résistent encore.

« Mais il en meurt d’envie ! » Essayez d’analyser ce qui se cache sous  cette demande. Si c’est une demande de communication, votre enfant  peut avoir une adresse protégée par un mot de passe sur l’ordinateur  familial. S’il s’intéresse surtout à la musique, offrez lui un  baladeur numérique…

Et ne comptons pas sur un comportement « raisonnable » d’un enfant  avec un portable. Un enfant ne peut pas intégrer le message de santé  publique : il fait confiance à ses parents ; si c’était dangereux, ils  ne lui en auraient pas offert un ; s’ils lui en donnent un, c’est que  ce n’est pas dangereux. Nous ne sommes pas capables d’avoir un usage  modéré de ces merveilleux joujoux, alors un enfant ? Et l’oreillette ?  Avez-vous déjà vu un enfant utiliser une oreillette ?

Si le mal est fait, si votre enfant est déjà équipé, et s’il vous  semble impossible de revenir en arrière, aidez-le au moins à prendre  les mesures de protection qui s’imposent : forfait respecté, SMS  plutôt qu’appels vocaux, usage de l’oreillette, pas d’usage dans les  transports en commun où l’émission est maximum, pas de maintien près  des organes vitaux - c'est-à-dire en clair pas de portable dans la  poche, portable éteint la nuit et surtout pas posé allumé sur la table  de chevet, voire sous l’oreiller : un portable émet tout le temps et  ces émissions perturbent le sommeil, temps du repos et de la mémorisation.

Faites circuler ce message vers tous les parents de votre  connaissance !!

Plus d’informations sur
www.robindestoits.org.

 

 

 

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