03.11.2011
Ser sostenible es respetar las generaciones futuras
Los más desfavorecidos del mundo son los que, finalmente, acaban pagando las negativas consecuencias de los que no respetan el medio ambiente. Cuando el medio ambiente se deteriora son los más pobres los que pagan. Así se desprende de un Informe sobre Desarrollo Humano de 2011, elaborado y publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La administradora del PNUD, Helen Clark, ha presentado el informe en Copenhague, Dinamarca. Ha estado acompañada por la primera ministra de dicho país, que se ha comprometido a reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 40% en los próximos diez años.
El trabajo presentado por el PNUD muestra la relación entre la desigualdad de género y de ingresos y el deterioro del medio ambiente, al tiempo que indica que los avances en los países más pobres del mundo se podrían frenar si no se toman medidas inmediatas para frenar el cambio climático y evitar la degradación medioambiental.
Una verdadera sostenibilidad medioambiental más justa supone luchar contra las desigualdades en el acceso a la salud, a la educación y a los ingresos por razón de género. En general, además, hay que tomar en todo el mundo medidas para impulsar la producción de energía renovable y limpia y proteger los ecosistemas y la biodiversidad.
Para los responsables de este trabajo, la sostenibilidad no tiene ningún sentido si no va acompañada de justicia social, no sólo para la generación actual, sino también y sobre todo para las venideras. Porque la sostenibilidad es un asunto medioambiental, sí, pero también ético, en el sentido de que también significa ser consciente de que el propio comportamiento tiene consecuencias para los 7.000 millones de habitantes del planeta, así como para los miles de millones que vendrán en los próximos años.
En definitiva, hay que cambiar el concepto de prosperidad, desterrando la idea de que lo importante es el crecimiento económico. La salud, la educación y un medio ambiente sano son la verdadera medida para medir la felicidad.
Fuente: Ecología verde