21.04.2010
Greenpeace presenta la 5º versión digital de la Guía Roja y Verde de alimentos Transgénicos
Para la actualización de la Guía volvemos a solicitar a productores y distribuidores de alimentos comercializados en España información sobre su política de utilización de ingredientes transgénicos o sus derivados. Las listas que ofrecemos corresponden al mercado alimentario español y se elabora en función de las respuestas recibidas y de las declaraciones que Greenpeace recoge. La Guía es un documento vivo que va modificándose según los cambios en las posiciones de la industria alimentaria, así como la inclusión de empresas nuevas.
Para garantizar una cadena alimentaria libre de transgénicos y de sus derivados, debemos seguir rechazando su empleo por parte de la industria. ¡Contamos con el uso de tu libertad de elección a la hora de comprar!
Una victoria para los consumidores y consumidoras
El éxito de las cuatro ediciones anteriores de esta Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos y la necesidad de conocer la evolución de la política de las empresas en materia de transgénicos nos ha llevado a preparar esta cuarta edición actualizada.
Tras años de debate público, la mayoría da ciudadanía española, al igual que la del resto de Europa, mantiene una actitud contraria a los transgénicos también llamados Organismos Modificados Genéticamente (OMG). Esta oposición ha llevado a la mayor parte de las empresas a eliminar los ingredientes transgénicos de sus productos.
¿Qué podrás encontrar en esta guía?
Los cultivos transgénicos utilizados para alimentación humana en la UE son fundamentalmente algunas variedades de maíz y de soja. Por eso en esta guía figuran sólamente alimentos que contengan al menos un ingrediente o aditivo producido a partir de estos cultivos. Algunos ejemplos de ingredientes y aditivos derivados del maíz y de la soja, y por tanto "sospechosos" de tener un origen transgénico, son:
* Soja: harina, proteína, aceites y grasas (a menudo se "esconden" detrás de la denominación aceites/grasas vegetales), emulgentes (lecitina-E322), mono y diglicéridos de ácidos grasos (E471), ácidos grasos.
* Maíz: harina, almidón*, aceite, sémola, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa, dextrosa, maltodextrina, isomaltosa, sorbitol (E420), caramelo (E150), grits.
("Almidón modificado" hace referencia a una transformación físico-química sin relación con los transgénicos.)
Por eso, esta guía no menciona alimentos frescos ni productos en cuya composición no intervengan ninguno de estos dos cultivos.
¿Verde y rojo?
Lista verde:
Incluye aquellos productos de los cuales Greenpeace tiene constancia de que los fabricantes han garantizado que no utilizan transgénicos -ni sus derivados- en sus ingredientes o aditivos.
Lista roja:
Incluye:
- productos cuyos fabricantes no garantizan a Greenpeace ausencia de transgénicos o sus derivados- en sus ingredientes o aditivos.
- productos para los cuales hemos encontrado transgénicos en laboratorio transgénicos (en este caso, la totalidad de los productos de ese fabricante).
- productos en cuya etiqueta figura que contienen transgénicos o derivados.
Marcas propias:
Sección dedicada a las marcas propias de las grandes cadenas de distribución (supermercados, hipermercados, etc.). Todos los productos envasados con esta marca quedan incluidos, sea cual sea la categoría a la que pertenecen (no se trata de todos los productos vendidos en ese supermercado, sino slamente la marca propia a que se hace referencia).
Marcas de fabricante:
En esta sección figuran los productos de marcas comerciales, que se pueden encontrar en cualquier tipo de tienda, clasificados por categorías.
Agricultura ecológica:
En la agricultura y ganadería ecológicas (en algunos sitios conocidos como orgánica o biológica) no está permitido el uso voluntario de transgénicos. Sin embargo, el pasado 12 de junio de 2007 se aprobó en la Unión Europea una legislación que permite la contaminación "accidental o técnicamente inevitable" de los productos ecológicos con hasta un 0,9% de transgénicos y sin tener que informar de ello en la etiqueta. Una medida que favorece una vez más a las grandes corporaciones biotecnólogicas y que deja totalmente desprotegido al consumidor.
Fuente: Greenpeace