La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) publicó una evaluación científica que vincula un nuevo plaguicida, conocido como Fipronil, con efectos perjudiciales en las abejas. Otros tres plaguicidas tóxicos para estos insectos han sido parcialmente prohibidos en Europa después de informes similares publicados por la EFSA en enero. Este último informe es la última advertencia científica de los impactos de los plaguicidas en las abejas.
La EFSA concluyó que el Fipronil (producido por la compañía química alemana BASF) plantea un "riesgo agudo alto para las abejas cuando se utiliza como tratamiento de semillas de maíz". La evaluación de la EFSA también identificó grandes vacíos de información en los estudios científicos, lo que no ha permitido ampliar la evaluación de los riesgos a otros polinizadores. Tampoco se han podido evaluar los peligros de la exposición a los residuos de este plaguicida, por ejemplo en el suelo y en las plantas no objetivo. Con la información disponible, la EFSA ha detectado niveles de riesgo menores para el uso de Fipronil en algunos vegetales.
Ante las evidencias, Greenpeace pide a la UE que prohíba el fipronil y que desarrolle un plan exhaustivo para hacer frente al declive de las poblaciones de abejas en Europa.
"El mero hecho de que el Fipronil y otros plaguicidas tóxicos para las abejas estuvieran autorizados demuestra que las evaluaciones de riesgo de la UE necesitan una profunda y urgente revisión“, ha afirmado Marco Contiero, director de Política Agrícola de la UE de Greenpeace. “Estos plaguicidas se han ido acumulando en nuestro entorno desde hace más de una década. Prohibiciones limitadas y temporales no son suficientes para dar un respiro a las abejas, sobre todo mientras se sigan utilizando otros productos químicos similares. La Comisión debe elaborar un plan exhaustivo para la protección de los insectos polinizadores, y prohibir el Fipronil y otras sustancias tóxicas para las abejas", ha concluido Contiero.
En España está permitido el uso del Fipronil para el tratamiento de semillas de maíz y girasol bajo el nombre comercial de REGENT TS desde 2002 y su uso fue prorrogado recientemente hasta el 2014, a pesar de que Greenpeace pidió que se paralizara el proceso a la espera de conocer los resultados del informe de la EFSA que ahora se ha publicado. “España tuvo en sus manos la oportunidad de no exponer a las abejas y otros polinizadores a este plaguicida ya este año, pero aún así optó por prorrogar un año más su comercialización”, lamenta Luís Ferreirim, responsable de la Campaña de Agricultura de Greeenpeace en España.
El mes pasado, la mayoría de los países de la UE respaldaron una prohibición parcial de dos años de otros tres plaguicidas de la familia de los neonicotinoides, después de que la EFSA afirmara que causaban daños a las abejas. El 24 de mayo, la Comisión Europea aprobó formalmente la prohibición que entrará en vigor en diciembre de 2013. El reciente informe de Greenpeace sobre las amenazas químicas a las que se enfrentan las abejas en Europa, El declive de las abejas, muestra el efecto que los tres neonicotinoides y otros cuatro plaguicidas de uso común, incluyendo fipronil (de la familia de los fenilpirazoles), tienen sobre la salud de los polinizadores.
Aunque la prohibición parcial de los tres neonicotinoides (clotianidina, imidacloprid y tiametoxam) es un primer paso importante, no es suficiente para ayudar a la recuperación de los polinizadores en Europa. La UE debería liderar nuevas investigaciones sobre las conexiones entre los plaguicidas más utilizados en Europa y el declive de los polinizadores, y cambiar la financiación del sistema de la agricultura química intensiva actual a las prácticas agrícolas ecológicas modernas.
Las abejas y otros polinizadores juegan un papel crucial en la producción de alimentos. Alrededor de un tercio de los cultivos alimentarios del mundo dependen directamente de la polinización natural de las abejas y otros animales.
Fuente: El Mercurio Digital