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14.06.2010
¿Estamos todos intoxicados?

Lo que hoy está allá....mañana estará aquí. El aire, es muy solidario.

Se requiere la implementación de políticas mundiales donde se implemente el principio de precaución y la eliminación de cualquier químicos que pueda representar un peligro para la salud del planeta, y por lo tanto, de las personas.

Autor: Juan José Hoyos

Ella nació en Calarcá, Quindío, pero vive en Estados Unidos hace unos treinta años. En los ochenta, como tantos colombianos más, se tuvo que ir a buscar trabajo "en la USA". Ahora, ya pensionada, vive en Nueva Jersey, y a ratos trabaja como voluntaria cuidando enfermos. Se llama Martha Cecilia Escobar Villegas. La conocí por internet. Hace tiempo me manda mensajes dramáticos, furiosos, aunque siempre divertidos. El primero fue sobre los líos de aprender a manejar una cámara electrónica comprada en Nueva York. Después de recitar de memoria el manual, pedía auxilio a quien supiera tomar una foto con un aparato de esos.

Martha me envía correos sobre todos los asuntos habidos y por haber. Me cuenta si hace frío, si cae la nieve, si ha cambiado de casa. Me pregunta cómo hallar la "ñ" en un computador con teclado en inglés. Reniega contra la guerra de Irak. Maldice a Chávez y a Bush. Escribe cartas pidiendo la liberación de los secuestrados de las Farc. Sus correos se volvieron para mí una especie de ventana: la de la mente de una colombiana que se asoma todos los días al mundo desde su casa, en un país extranjero, preocupada por un montón de cosas que nos preocupan a todos: la guerra, el desempleo, la contaminación, la enfermedad, el otoño inevitable de nuestras vidas?

De vez en cuando, también me envía correos con largas discusiones entre sus amigos sobre la muerte, la soledad, la utilidad de las dietas, Dios? El último me dejó de una pieza. Después de una larga disputa colectiva sobre hábitos alimenticios saludables luego de los cincuenta, escribió este airado parte de victoria: "Para quienes hablan tanto de las bondades de las verduras, de la pureza de las frutas, y nos acosan con correos que nos hacen sentir culpables por comer chicharrón, frituras, arroz, dulces, en general carbohidratos, que hacen que cuando nos comamos una empanada lloremos por lo crueles que somos con nosotros y lo poco que queremos nuestro hígado, es un placer enviarles este correo, para que vean que tampoco están comiendo sano? Miren la cantidad de pesticida que tienen su dios apio, su amada berenjena, su majestad la manzana, y su rey el pepino, por ejemplo. ¡Así que a mí no me jodan más la puta vida!...".

En su diatriba, Martha cita una información que revela datos espeluznantes sobre la cantidad de pesticidas que comemos a diario en las frutas y otros vegetales y que debilitan nuestro sistema inmunológico, provocan cáncer y causan trastornos del sistema nervioso sobre todo en los niños. La noticia dice: "De acuerdo a un nuevo reporte del Departamento de Agricultura de EE. UU. si comes apio no orgánico podrías estar ingiriendo unos 67 pesticidas. ¿Te imaginas?". Luego, incluye una lista de 12 frutas y vegetales que contienen de 47 a 67 pesticidas por porción, ya que pueden absorberlos con facilidad por su cáscara blanda: apio, melocotones y duraznos, fresas, manzanas, arándanos, pimentones dulces, espinacas, coles, cerezas, papas, uvas y lechugas. También menciona algunos vegetales que no tienen niveles de pesticidas tan altos porque los protege su cáscara gruesa o su vaina: aguacates, maíz, cebollas de huevo, piñas, mangos, repollos, berenjenas, melones, sandías, toronjas, bananos, papayas, piñas, brócolis, coliflores y espárragos. El estudio sostiene que hay toxinas dañinas para los niños recién nacidos en algunos alimentos para bebés hechos de frutas o vegetales concentrados.

Los datos fueron revelados en el programa especial "Toxic America" transmitido este mes por la cadena de televisión CNN y causó estupor entre los estadounidenses. En Colombia suceden cosas peores: el Ministerio de Salud ordenó retirar del mercado 21 medicamentos antigripales que se venden en forma libre y contienen fenilpropamina, una sustancia que puede provocar hemorragias cerebrales y causar la muerte.

Después de leer el mensaje de Martha pensé en los miles de peces y pájaros que hemos visto morir intoxicados con petróleo en el Golfo de México durante estos días. Entonces me pregunté: ¿Estamos condenados a vivir en un mundo intoxicado por los alimentos que comemos, por el aire sucio que respiramos, por el agua que contaminamos? Para no hablar de otros venenos como el odio colectivo propagado por algunos jefes políticos? Ahora comprendo mejor la última frase del correo: "Siempre que abro las ventanitas de mi casa de Nueva Jersey, que me comunican con Colombia, ¡las vuelvo a cerrar, asustada!".

 

Fuente: El colombiano

 

 

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