28.07.2010
El 'okupa' del Clínico se pone en huelga de hambre
A punto de cumplir un mes 'atrincherado', se niega a comer hasta que le den tratamiento
El 27 de junio entraba por Urgencias porque no podía moverse. El pasado día 20 le dieron el alta. Sin embargo, Servando Pérez, ex profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la USC, se ha negado a salir del hospital Clínico hasta conseguir un tratamiento a su dolencia: intoxicación crónica de mercurio por amalgamas (de cuatro empastes dentales).
Después de atrincherarse en el servicio de Urgencias, siguió negándose a salir de la habitación que pasó a ocupar en la tercera planta del Clínico. Ahora, ha dado un paso más en su demanda para que le den un tratamiento a su dolencia crónica y se ha puesto en huelga de hambre.
"Desde hoy -por ayer- me negaré a ingerir alimentos, solo beberé agua. No pienso irme si no es con un tratamiento en una clínica que me lo pueda dar -en Andalucía o Alemania, las únicas acreditadas para su tipo de dolencia- o con una orden judicial. Me tendrán que sacar del hospital esposado", sentencia.
Además, ha contactado con su abogado para poner en marcha varias denuncias contra el CHUS, Sergas, Consellería de Sanidade e Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) "porque me están tomando el pelo. Primero me dicen que estudiarán mi traslado a un centro de Marbella y después me quieren echar del hospital y hasta cobrarme por mi estancia hospitalaria los días que pasen desde que me dieron el alta", dice.
Sobre el informe del alta, Servando Pérez asegura que no figura "en ninguna parte el motivo por el que debo abandonar el hospital".
"En uno de los párrafos del informe se indica que la opinión (de dar el alta) está sujeta a refutación dadas las dificultades y las dudas del caso", explica. Además, asegura que "alegan que ya he sido valorado por el servicio de Psiquiatría dando a entender algo que es incierto, ya que en 2006 y 2007 dos psiquiatras del CHUS concluyeron que no tengo ningún problema mental".
En cuanto a su estado de salud actual, Servando asegura que es malo. "El sábado tuve 35,1 grados de fiebre y la tensión me bajó hasta 7-4. Mi situación se está deteriorando por lo que he visto en la huelga de hambre la única forma de forzar a que el sistema público actúe y por fin tenga un tratamiento sanitario al que todo el mundo tiene derecho".
Fuente: El Correo Gallego