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14.09.2010
El inicio temprano de la menstruación aumenta el riesgo de asma

¿Han tenido en cuenta el importante papel que tienen los disruptores endocrinos en la menstruación temprana y su relación con el asma? Los inhalamos constantemente ne nuestra vida cotidiana.

Un nuevo estudio revela que las mujeres que comienzan a menstruar antes tendrían más riesgo de desarrollar asma y mala salud pulmonar.

El equipo de Ferenc Macsali, de la Universidad de Bergen en Noruega, halló que menstruar por primera vez a los 10 años o antes casi duplicaba el riesgo de tener asma.

"Hay que estar alerta al posible aumento del riesgo de asma en las niñas con una menarca precoz; los programas orientados (...) a la prevención del tabaquismo en las adolescentes deberían incluir a la menarca precoz como un indicador de riesgo de tener mala salud respiratoria", concluyó el equipo.

Los resultados fueron publicados en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.

Las mujeres en el mundo desarrollado están comenzando a menstruar antes de los 13 años, comparado con los 16-17 años de hace un siglo. La menarca precoz está asociada con varios riesgos para la salud, como la enfermedad cardíaca y el cáncer mamario.

Dado que las hormonas influirían en el asma y la función pulmonar (por ejemplo, el riesgo de desarrollar asma es más alto en los varones que en las mujeres antes de la pubertad, no así después de la pubertad), el equipo investigó si la edad a la que la mujer comenzaba a menstruar tenía alguna relación con el riesgo de desarrollar asma y la función respiratoria en la edad adulta.

La investigación incluyó a 3.354 mujeres, de 27 a 57 años, que participaban en un estudio sobre la salud respiratoria de la población de Europa.

Los resultados de dos test clave de la función pulmonar y el volumen espiratorio forzado en un segundo (la cantidad de aire exhalado en un segundo tras una inspiración profunda), y la capacidad vital forzada (el volumen total de aire exhalado después de una inspiración profunda) fueron peores en las mujeres que habían comenzado a menstruar a los 10 años o antes que en las que tuvieron su primer período a los 13 años.

Además, las mujeres que habían empezado a menstruar precozmente eran casi tres veces más propensas a decir que tenían por lo menos tres síntomas de asma (sibilancias, disnea y tos que las despertaba de noche) y una respuesta bronquial excesiva a las sustancias inhaladas que hacen que las vías aéreas se contraigan, un síntoma clave del asma.

Hay varios factores que podrían intervenir en la relación entre la menarca y la función pulmonar. Por ejemplo, explicó el equipo, las niñas que comienzan a menstruar antes tienden a ser más bajas, mientras que la gente más alta suele tener mejor función pulmonar.

Esa relación entre el tamaño corporal y la función pulmonar comenzaría con problemas durante el desarrollo fetal que podrían influir también en el crecimiento posterior y la llegada de la pubertad.

El sobrepeso y la obesidad también están asociados con el inicio precoz de la pubertad e inducirían la inflamación, que es un factor clave en el asma.

Según los resultados, el equipo concluyó que los factores hormonales y metabólicos influirían en la salud respiratoria femenina.

FUENTE: American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, online 23 de agosto del 2010

Reuters Health

Fuente: Medline Plus

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