19.09.2010
El IREC detecta un efecto directo tóxico de los plaguicidas en la perdiz
Por Oliva Carretero
La perdiz roja, el ave de caza menor por excelencia en la provincia de Ciudad Real, está siendo en la actualidad objeto de estudio por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la UCLM debido a la gran disminución del censo de población en los últimos años, que el presidente de la Federación provincial de Caza, Manuel Aranda, cifra en una merma del 50% en tres años. Desde 2010 y hasta 2013, si los patrocinadores -la Fundación para el Estudio y la Defensa de la Caza de la Federación y la Oficina Nacional de la Caza- siguen en su empeño, el IREC evaluará los posibles efectos dañinos de determinados plaguicidas autorizados para semillas de siembra en la perdiz roja, con la obtención ya de resultados claramente nocivos para el ave, en la condición física, reproducción y mortalidad.
Este año. con una dotación de 30.000 euros, el equipo investigador, dirigido por Rafael Mateo Soria, propuso a los mecenas del estudio evaluar los efectos en siete grupos de parejas reproductoras tras la exposición durante 10 días a tres compuestos en dosis normales de siembra.
Diferentes efectos según el sexo
Y ya se han obtenido visibles cambios, a peor, en el peso, en la coloración del pico, en las patas, y en la coloración carotenoide (pigmentación) del anillo ocular característico de la perdiz, además de en el tamaño y grosor de los huevos, explicó el experto.
También se están utilizando dosis más altas, que agrava la mortalidad del ave, pero es diferente según el sexo y plaguicida empleado, “curiosamente, con el fungicida llamado ‘tiram’, mueren más ejemplares machos, mientras que con el insecticida ‘imida cloprid’, más hembras”. En este sentido, Mateos indicó que, a petición de los patrocinadores del proyecto, algunos plaguicidas se han utilizado al doble de lo habitual “en la creencia de que los agricultores tienden a abusar de los fitosanitarios”, apuntó. Este resultado, añadió Mateo, será analizado a dosis más bajas y habrá que trabajar en materia de fertilidad y hormonas sexuales para sacar más conclusiones.
Aclaró el investigador del IREC que los resultados detectados en la actualidad es “una situación hipotética en un supuesto bastante crítico y extremo” pues el estudio se está haciendo de forma controlada, en ejemplares de la Finca Galiana, pero en el campo, con otros factores influyendo en la vida del animal, “los efectos podrían ser más exacerbados”, observó.
Expuso a este respecto que las condiciones de la perdiz roja en el campo son “menos tranquilas” que en cautividad debido a la intensificación de la agricultura, la calidad del hábitat, sin lugares donde criar, y con menos insectos que sirvan de alimento a los pollos por el uso de herbicidas. Según insistió el profesor, sólo la investigación está derivando en un impacto directo tóxico, “pero los efectos pueden ser incluso mayores”.
Regulación europea
El objetivo último de la investigación, informó el profesor de la UCLM, es conocer los productos fitosanitarios más dañinos para la especie sustituyéndolos por alternativas de menor toxicidad, “sin pretender en ningún caso que las semillas de siembra no lleven fungicidas”, puntualizó.
La regulación de plaguicidas implica la evaluación y estudio de los trabajos a través de diferentes comisiones en Europa, después de que se haya generado un gran banco de información sobre los plaguicidas “en foro europeo se decide si existen evidencias científicas de que ciertos fitosanitarios producen efectos nocivos a los animales, y decidirán si bajan la dosis o eliminan el producto”.
El profesor señaló que en principio la investigación se realizará durante tres años si los patrocinadores así lo desean (la Federación de Caza ha conseguido financiación de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente) pero, en su opinión, “la idea sería ampliar el estudio e incluso extenderlo más años para investigar al animal en su hábitat natural, aunque para ello necesitaríamos personal”. Precisamente, el martes 20 tienen una reunión en Madrid con los ‘padrinos’ del estudio para conocer los resultados y si lo prorrogan más de un año.
En la investigación trabajan cinco personas, de Toxicología, Ecología y una becaria, Ana López. El resto de componentes del equipo son el doctor Manuel Ortiz; Françoise Mougeod, investigador de un centro de Almería dependiente del CSIC, y Rafael Mateo Soria.
Fuente: Lanza Digital