Noticias
11.03.2010
Medio ambiente y salud, conceptos indisolubles

Se celebra estos días en Parma (Italia) la Quinta Conferencia Ministerial de Medio Ambiente y Salud del área europea de la OMS, que reúne a los ministros de ambos ramos de 53 países, bajo el auspicio de esta agencia internacional y el Gobierno Italiano. El pediatra Aser García Rada, asistente a la misma, explica en este artículo, algunos de sus principales objetivos tales como establecer intervenciones efectivas, muchas de ellas poco costosas y muchas relacionadas con la educación, que aborden factores de riesgo para la salud conocidos como el acceso deficiente al sistema sanitario o al agua potable, ciertos agentes biológicos, la contaminación del aire interior y exterior, las lesiones accidentales o los químicos ambientales. Dado que este encuentro tiene lugar durante la presidencia española de la Unión, incide en lo oportuno que sería que los dos Ministerios involucrados aporten propuestas ambiciosas, al respecto, teniendo en cuenta que en la Unión Europea los problemas medioambientales son responsables de la muerte de uno de cada tres niños

Dado que aproximadamente el 99,9 por ciento de las especies que en alguna ocasión han poblado la superficie del planeta se ha extinguido, nosotros, el Homo Sapiens, tenemos pese a nuestra arrogancia, muchas probabilidades (concretamente en torno a un 99,9 por ciento ) de seguir el mismo camino. Además, dado el escaso cuidado que ponemos en cuidar el ecosistema planetario, frágil y vulnerable, no podemos decir que no estemos comprando, y cada vez más, muchas papeletas para acelerar el paso. Aún así, vamos evolucionando. Si de algo ha servido la cuestionada cumbre sobre el clima de Copenhague, ha sido para mantener en el candelero durante meses algunos de los problemas más acuciantes para el medio ambiente que, como la emisión de CO2 a la atmósfera y el calentamiento global, han llenado portadas, reportajes y editoriales en medios de comunicación de todo el mundo, algo que probablemente hace tan sólo cinco años habría sido inconcebible. Por lo demás, el mero hecho de que los máximos dirigentes del planeta se hayan reunido para hablar de este tema indica que el medioambiente ha pasado a ser una prioridad fundamental. En realidad, no puede ser de otro modo si entendemos que nuestra supervivencia a medio y largo plazo es algo de lo que merece la pena ocuparse.

Así, los asuntos medioambientales ya no son un pequeño apartado de un programa político para atraer los votos de grupos ecologistas y colectivos afines. A día de hoy, para la mayoría de nosotros sería inexplicable que estas políticas quedaran relegadas a un segundo plano. En nuestro país, el medio ambiente llegó incluso a disfrutar de un Ministerio propio, por primera vez en 1996, bajo el Gobierno de José María Aznar, que llegó a vivir momentos esplendorosos, como los liderados por su última titular como Ministerio independiente, Cristina Narbona, entre 2004 y 2008. Aun así, tanta competencia resultó molesta, especialmente, en los sectores agrícolas y urbanísticos más depredadores e irresponsables, y hoy en día tenemos que mezclar Medio Ambiente con otros medios (Rural y Marino, en este caso) a los que se supedita, como si de otra forma el primero no pudiera constituir, por si mismo, un entero fundamental. Relegar Medio Ambiente a un añadido escondido en el rincón de otro Ministerio en el que priman los intereses económicos fue una mezquindad, una cortedad de miras, porque los intereses económicos no tienen sentido en un planeta tóxico.

Por ello y porque la creciente evidencia científica referente a su trascendencia es difícilmente cuestionable, confío en que llegará el momento en que los temas medioambientales volverán a ser tratados al nivel que se merecen. En realidad no lo digo yo, aunque lo comparto, lo dice Juan Antonio Ortega, el impulsor y coordinador de la primera Unidad Clínica de Salud Medioambiental Pediátrica de España, asentada desde 2005 en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia. El Dr. Ortega, además de creer que no tardaremos en ver como los planes de estudios de medicina se llenan de conceptos relacionados con este ámbito, augura un futuro Ministerio de Salud y Medio Ambiente, sin duda con mucho más sentido que uno compartido con Medio Rural y Marino o, por otro lado, uno de Sanidad y Política Social porque, como afirma este pionero, la salud y el medio ambiente son conceptos indisolubles. De hecho, hasta tal punto lo son que, según la OMS, de los diez millones de niños que mueren anualmente en todo el mundo, más de tres millones de menores de cinco años lo hacen por causas relacionadas con el medio ambiente, y la cifra se eleva hasta los cinco millones si hablamos de niños hasta los 14 años. Y es que son los niños los que más sufren los riesgos medioambientales, fundamentalmente por su mayor vulnerabilidad y porque la exposición de un cuerpo en desarrollo probablemente tenga mayores consecuencias. Así, aunque los menores de cinco años sólo constituyen el 10 por ciento de la población mundial, ese grupo padece el 40 por ciento de la carga de enfermedad relacionada con el medio ambiente. Y esto no es algo exclusivo de los países subdesarrollados o en desarrollo, porque en la Unión Europea los problemas medioambientales son responsables de la muerte de uno de cada tres niños. Ahí es nada.

Como no todo acaba, ni mucho menos, en Copenhague, para hacer frente a este tipo de retos estos días se celebra en Parma (Italia) la Quinta Conferencia Ministerial de Medio Ambiente y Salud del área europea de la OMS (http://www.euro.who.int/parma2010), que reúne a los ministros de ambos ramos de los 53 países abarcados entre Europa e Israel y la frontera con China, bajo el auspicio de esta agencia internacional y el Gobierno Italiano. Este encuentro, que guiará la agenda europea respecto a los nuevos retos medioambientales, especialmente aquellos que afectan a la infancia, se celebra cada cinco años desde hace dos décadas, y tiene como lema “proteger la salud de los niños en un medio ambiente cambiante” en el que, a factores de riesgo conocidos como el acceso deficiente al sistema sanitario o al agua potable, ciertos agentes biológicos, la contaminación del aire interior y exterior, las lesiones accidentales o los químicos ambientales, se van sumando otros como las inequidades socioeconómicas y de género, la degradación del medio ambiente urbano o rural ligada a modelos insostenibles de desarrollo, y los cada vez más frecuentes eventos climáticos extremos.

El objetivo de esta relevante cumbre, a la que también acuden científicos, representantes de la sociedad civil y miembros de la Comisión Europea, es establecer las intervenciones efectivas, muchas de ellas poco costosas y muchas relacionadas con la educación, que aborden estos factores de riesgo para la salud durante los próximos años en los países de la zona. Dado que este encuentro tendrá lugar durante la presidencia española de la Unión, sería un buen ejemplo que los dos Ministerios involucrados aporten al mismo propuestas ambiciosas.

Pero seremos muy irresponsables si nos limitamos a exigir compromisos a la Administración y no contribuimos cada uno a asumir los retos que nos corresponden en nuestro quehacer diario. El Universo es tan colosal que ni la imaginación conjunta de toda la humanidad sería capaz siquiera de intuir sus dimensiones. Así, aunque necesariamente no el único, nuestro planeta es un insólito oasis de vida en la inmensidad del cosmos, y habitarlo, todo un honor. Pese a que, probablemente, acabemos extinguiéndonos, contribuyamos entre todos a ralentizar lo más posible ese proceso. Aunque sólo sea por agradecer el privilegio que nos ha sido concedido.

Aser García Rada
Pediatra y ex-portavoz de la Asociación de MIR de la Comunidad de Madrid (AMIRCAM)

 

Fuente: Médicos y pacientes

digitalnature